Entre la provocación, exhibición y reflexión





Inicialmente, casi un juego de palabras:
nos dicen que todo funciona con la producción,
¿y si todo funcionara con la seducción?
Baudrillard.

La provocación corre como el gran conductor dentro de mis trabajos, se hace presente para increpar al espectador a través de la ironía, apelando al inconsciente colectivo, o fantasías sexuales. Provocando el espectador indirecta (pasiva) o directamente (Activa). Mostrando a veces las perversiones, veladuras o sombras de la conducta humana en la vida social. A veces, pequeñas provocaciones, cuñitas “inocentes” dirigidas a los pilares del convencimiento más irreflexivo y gregario. Están presentes en mis trabajos dos tipos de provocación: la seducción y lo obsceno. Provocación que péndula entre estos dos extremos, sin embargo en momentos fundiéndose en ellos. Conceptos que oscilan dentro de la provocación, encontrándonos en algunas ocasiones con ambos en una misma obra. La ironía estando episódicamente presente dentro de los dos tipos de provocación.
Para tratar de dejar en claro esto quiero evidenciar estos dos conceptos en profundidad: la seducción y lo obsceno
Baudrillard parte de la etimología latina para explicar a qué se refiere originalmente con el concepto de seducción. Seducere tiene que ver con llevar aparte, o desviar de la vía. En este sentido, seducción va a ser la desviación de la verdad y o bien el proceso de reversión de la misma, es decir: "Más que nada estrategia de desplazamiento (se-ducere: llevar aparte, desviar de su vía), de desviación de la verdad del sexo"1. (BAUDRILLARD, Jean. De la seducción. Madrid, Edit. Cátedra, 1989).
La seducción está signada a volver reversibles todos los signos, su estrategia es la de la ilusión, con ella muere la realidad a manos de las apariencias. Los signos seducidos secretan sus entrañas, sin secreto perduran como simulacro que guarda las apariencias, pero nada más; detrás el vacío.

Solo del orden de las apariencias, por eso seducción y feminidad serian inevitables en cuanto a reverso del mismo sexo. La mujer solo es apariencia. “Es lo femenino como indistinción de la superficie y de la profundidad. O como indiferencia entre lo autenticó y lo artificial. Lo femenino como mascara, Joan Rivierr “la femenite comme mascarade””2 (BAUDRILLARD, Jean. De la seducción. Madrid, Edit. Cátedra, 1989.)

Lo obsceno en tanto “es lo que acaba con toda mirada, con toda imagen, con toda representación. No es sólo lo sexual lo que se vuelve obsceno: actualmente existe toda una pornografía de la información y la comunicación, una pornografía de los circuitos y las redes, de las funciones y los objetos en su legibilidad, fluidez, disponibilidad y regulación, en su significación forzada y en sus resultados.”3 (BAUDRILLARD, Jean. El otro por sí mismo. Barcelona, Edit. Anagrama, 1994.) Es un sexo neutralizado por las tolerancias de lo obsceno que es del orden de la representación.

texto A pre-entrega

                                
                                                                Argumentación



Las imágenes expuestas de mis trabajos son atravesados por amplios temas como el cuerpo, la identidad, provocación,  perversión e ironía.
El cuerpo en algunos casos aparece por ausencia (presencia-ausencia) – lenguas de jabón – se hace presente en su sexualidad como objeto de deseo, entendiendo deseo según la definición de Hegel este dice “el deseo dirigido hacia un objeto natural solo es humano en la medida en que es mediado por el deseo de otro dirigido hacia el mismo objeto, es humano desear lo que los otros desean, por que ellos lo desean”. Las frutillas; tienen directa relación con esto, es el deseo de el objeto, de lo otro. El cuerpo del deseo que se exhibe pero no se brinda, que se ve sin poder tocar (gesto doblemente perverso). Asumiendo inmediata relación con la publicidad que constantemente te muestra lo que el “otro” tiene, la gran generadora de objetos de deseo, creando así la necesidad de lo “otro”.

Las mascaradas y el retrato  apelan a la identidad y al cuerpo grotesco que es abierto, el que sobresale, se extiende, el cuerpo que comienza a hacer el proceso y cambio. El cuerpo grotesco está opuesto al cuerpo clásico el cual es monumental, estático, cerrado y pulcro, correspondiéndose con las aspiraciones del individualismo burgués. Mascaradas y retrato que presentan claramente su relación con la pintura y la fotografía, desarmando las poses instauradas desde los principios del retrato pictórico y posteriormente el fotográfico, específicamente el de la identidad.

La provocación corre como el gran conductor de todas las imágenes presentadas, se presenta para increpar el espectador, a veces agresiva y otras pasivamente dejando la roncha, esa que te pica pero no te duele. Provocando al espectador a través de la ironía, apelando al inconsciente colectivo, o fantasías sexuales. Mostrar las perversiones y las sombras de la conducta sexual humana en la vida social

Grotesca Mascarada












el lado "b"